Es el año 1518. Mexico-Tenochtitlan, que alguna vez fue un modesto asentamiento en el Lago de Texcoco, es hoy una bulliciosa metrópoli, capital de un imperio que gobierna y recibe tributos de más de 5 millones de personas. Tenochtitlan alberga a 200,000 habitantes dedicados a la agricultura, el arte, el comercio, la guerra, el sacerdocio y el gobierno. Es una de las ciudades más grandes de su tiempo a nivel mundial.
En el presente, esta urbe es conocida como Ciudad de México.
No queda mucho de la antigua Tenochtitlan. ¿Cuál era la apariencia de esta ciudad erigida a mano sobre el lago? Basándome en fuentes históricas y arqueológicas, así como en el conocimiento de muchas personas, he tratado de traer a Tenochtitlan de vuelta a la vida de la manera más fiel posible.
El mundo era muy diferente hace 500 años. Conforme avanzas, trata de imaginar el aroma del aire salado y el chile ahumado. Escucha el sonido de la lengua náhuatl y de las canoas en los canales; percibe el canto de las aves desde los árboles, siente el calor del sol sobre tu piel. A tu alrededor, las personas se atavían con prendas de algodón. Trabajan en los campos, cocinan, comercian y ejercen sus oficios a la sombra de árboles y toldos.
La traza cuadriculada revela que Tenochtitlan es una ciudad de jerarquías. Los barrios se planean cuidadosamente y cuentan con mercados, escuelas y talleres propios. Se da mantenimiento a las acequias para facilitar el transporte de personas y bienes. Pasos y puentes forman el tejido de la ciudad.
Frente a las sencillas viviendas de un piso se levantan grandes edificaciones: desde el monumental templo doble del centro hasta los adoratorios locales de los barrios. El Recinto Sagrado, hogar del Templo Mayor, es el epicentro de la ciudad. A un lado se encuentra el palacio del tlahtoani Motecuhzoma Xocoyotzin, así como otros templos, colegios, jardines y un vivario.
Al norte de Tenochtitlan se encuentra Tlatelolco, su ciudad gemela. Al crecer, ambas ciudades se fusionaron, pero Tlatelolco está subyugada al poder tenochca.
Esta ciudad alberga un importante mercado, donde se venden productos provenientes de todos los confines del imperio.
La Cuenca de México está rodeada por volcanes, entre los que destacan el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Por sus laderas corren las aguas pluviales y de manantial para formar un cuerpo salado en el centro. La altitud de la Cuenca supera los 2000 metros sobre el nivel del mar, incluso en sus puntos más bajos.
Construir una ciudad en un lago implica una constante lucha contra el agua.
Un complejo sistema de acequias, canales, esclusas y un albarradón de 16 kilómetros dota a los mexicas de agua dulce proveniente de las montañas.
Gracias a esta compartimentación, la urbe está rodeada por agua salobre y el agua salada es contenida en el extremo oriental del lago. Un acueducto que corre desde Chapultepec provee a la ciudad de agua potable.
Los mexicas fabrican parcelas cultivables clavando estacas en el fondo del lago y rellenando el espacio con tierra y cascajo. En las chinampas se cultiva maíz, frijol, calabaza, chile y flores.
Este sistema permite que la ciudad crezca tanto en extensión como en población.
La cuenca ha sido habitada durante milenios. A orillas del lago se han establecido otros pueblos y ciudades. Tenochtitlan, Tlacopan y Tetzcoco conforman la Triple Alianza.
La ciudad está conectada con tierra por calzadas que conducen a Tlacopan, Azcapotzalco, Tepeyacac y lugares más remotos.
La Ciudad de México se levantó sobre las ruinas de Tenochtitlan. Las piedra de los templos derribados fue reutilizada tras la conquista española. El lago fue desecado, los canales se convirtieron en calles. De la metrópoli original no queda casi nada. Gracias a las fotografías tomadas con drones, podemos comparar la ciudad del pasado y la ciudad del presente. ¿Qué similitudes encuentras?
Arrastra el cursor para comparar las imágenes.
Para conmemorar el fin de un ciclo de 52 años, todas las hogueras de la Cuenca se apagan y se reavivan a partir de una misma fuente. A esta ceremonia se le conoce como Fuego Nuevo.
Las solemnidades de esa fiesta llevadas a cabo en 1507 serían las últimas celebradas en tiempos antiguos.
Este proyecto es el resultado de un año y medio de investigación.
El resultado no habría sido posible sin la aportación de las siguientes personas:
Paul Guinan
Michael E. Smith
Ian Mursell (mexicolore.co.uk)
Gerardo Gutierrez
Barbara E. Mundy
Tomas Filsinger
Patricia Murrieta-Flores
Mariana Favila Vázquez
José Luis de Rojas
Israel Hinojosa Baliño
Enrique Ortiz
@Lycaones
Gina Torres-Alves
Oswaldo Morales Napoles
Aldo Sauza
Estas imágenes se liberan bajo el régimen CC BY 4.0 (Creative Commons Atribución 4.0 Internacional).
Esto significa que puedes usar las imágenes libremente mientras se atribuyan de manera correcta.
Retrato de Tenochtitlan • Thomas Kole, 2023